Por otra parte, debido a que los hipopótamos se alimentan de vegetación fuera del agua, pero orinan y defecan principalmente dentro del agua, generan un cambio en la composición física y química de los cuerpos de agua. Esto puede afectar, entre otras muchas cosas, al alimento del manatí. Los hipopótamos también pueden empezar a ocupar ciénagas o corredores importantes para los manatíes, ocasionando su desplazamiento. Por ejemplo, si los hipopótamos ocupan ciénagas que son importantes para refugio de manatíes hembras con crías, estos últimos perderán ese hábitat importante para su supervivencia.
Por otro lado, debido a su naturaleza territorial son un peligro para los pobladores. No es para menos, en África son los vertebrados que más muertes a humanos causan y en Colombia ya se han registrado algunos casos de ataque a pescadores y campesinos. A pesar de esto, ha crecido en los últimos años el turismo para observar hipopótamos, incluso se ha reportado que las crías son vendidas como mascotas. Este comercio ha generado nuevos ingresos económicos y beneficios a corto plazo para algunos pobladores, pero la presencia de estos animales en la cuenca puede generar grandes impactos a largo plazo en los medios de vida de las comunidades humanas, como por ejemplo la pesca.
Expertos nacionales e internacionales de la conservación concuerdan que es urgente detener el crecimiento de la población de hipopótamos y hacer un manejo de los individuos que ya se encuentran en la cuenca del río, de no ser así se estima que para 2039 habrá cerca de 1500 individuos. Sin embargo, se ha generado un debate muy fuerte sobre las estrategias a implementar, que incluyen la esterilización, reubicación y sacrificio.
La esterilización es una de las estrategias más sonadas por animalistas, ya que con esta se respeta la vida de los individuos y se detiene el crecimiento de la población. Los principales inconvenientes de la esterilización es la dificultad para la identificación del sexo del hipopótamo en libertad, la captura y el proceso de esterilización de los machos. Además, es un proceso muy largo, costoso y la efectividad de los anticonceptivos ha sido poco estudiada, por lo que es poco probable que se puedan esterilizar la cantidad de individuos suficiente para detener el crecimiento de la población a corto plazo. Pero, aunque se lograra esto, es fundamental considerar que son animales longevos que vivirán y causarán daños en el ecosistema por algunas décadas más.
En cuanto a la translocación, es decir, llevar los individuos a otros lugares dentro o fuera de Colombia, se considera una estrategia inviable. Esto se debe a varias razones, primero, la captura y traslado de un solo individuo puede tardar meses, no hay suficientes sitios (zoológicos, recintos, santuarios) que quieran o puedan recibir tantos hipopótamos. De recibirlos, las adecuaciones tardan por lo menos un año por individuo. Esto sumado a que el movimiento de individuos es muy costoso. También es inviable llevarlos a África, pues como la población en Colombia proviene de cuatro individuos, no son genéticamente aptos y contaminarían genéticamente a la población africana, además, les pueden llevar enfermedades para las que no están preparados.
La tercera estrategia es el sacrificio, que permite eliminar el impacto de los hipopótamos en la cuenca del río Magdalena, pero tampoco está exenta de riesgos, retos y costos. Sin embargo, es importante hacer un balance entre la eficacia, costos y beneficios, no solo en lo económico, sino también en lo ecológico y social. Expertos nacionales concluyeron que, ante la magnitud de esta problemática, se necesita la combinación de estas estrategias de control donde es inevitable el sacrificio de al menos una parte de la población, así como castrar y reubicar a la población restante en el menor tiempo posible, pues de seguir dilatando la implementación del plan serán más los individuos que deban ser sacrificados.
La oposición del público, animalistas y políticos ante este plan de manejo que incluye el sacrificio de animales, se contrapone a la rápida aceptación de las políticas de erradicación de otras especies no carismáticas en Colombia, como el pez león en el caribe colombiano donde los individuos son sacrificados. La diferencia radica en la sensibilidad que despiertan los hipopótamos en los humanos por su apariencia carismática.
Casos como el de los hipopótamos en Colombia ponen en evidencia la importancia de indagar en las cuestiones más allá de las apariencias y las emociones. Nos enfrentamos a un panorama de crisis ambiental y de pérdida de biodiversidad con tendencias preocupantes donde se deben poner sobre una balanza las alternativas para enfrentar esta problemática y priorizar lo realmente importante. El bienestar de los animales y la ética animal hacen parte de la ciencia de la conservación, pero también en esta se necesita tomar decisiones urgentes con respuestas sólidas, éticas y eficaces para enfrentar la pérdida de la biodiversidad. Es por esto que la conservación de los ecosistemas no debe ser determinada o influenciada por la apariencia de los animales, lo que lleva a acciones donde se prioriza la vida de especies invasoras. Las decisiones y prioridades en la conservación se deben orientar al cuidado de las especies nativas y de los ecosistemas, sean bonitos o no.
El éxito en la conservación se logra solo si la sociedad en general y los actores implicados se involucran en los proyectos de conservación. Entonces, ¿Cómo podrías contribuir tú? A continuación, algunos consejos que pueden hacer la diferencia en esta problemática:
1. Infórmate y comparte información de calidad. Accede a noticias, debates y entrevistas donde se aborden las problemáticas de las especies invasoras. Antes de tomar una posición frente al manejo de estas especies, sean carismáticas o no, es importante escuchar los argumentos, investigaciones y sugerencias de los actores implicados. Comparte esta información y asegúrate que sea de fuentes confiables y objetivas.
2. Ser un tenedor de mascota responsable.
Las especies con potencial invasor que tenemos como mascota, ejemplo gatos y perros, son nuestra responsabilidad y la supervivencia de la fauna a nuestro alrededor también lo es. Consejos para ser un buen dueño:
● Esterilizar a tus animales: la esterilización de las mascotas asegura que, si en algún momento se llegan a escapar, estos no se van a reproducir y aumentar la población de especies invasoras en el área.
● CHIP de identificación: si vas a tener una mascota es recomendable ponerle un microchip para identificarlos en caso de que se pierdan. Esto hace fácil que si se encuentra al animal sea devuelto a su dueño sin ningún problema, evitando que este siga deambulando por las calles.
● Mantener ventanas y puertas cerradas: especialmente si eres dueño de un gato, esto evita que este salga a pasear y regrese con algún roedor o pájaro que cazó en su salida.
● Paseos con correa: Al salir a la calle con tus mascotas sueltas pueden empezar a perseguir a los animales del ambiente, generando altas cantidades de estrés y posibles muertes innecesarias. Evitar que tu mascota vaya detrás de ardillas, pájaros u otros animales depende de tenerlos amarrados a ti durante tus paseos o libres en espacios al aire libre controlados o destinados para este fin.
● Las vacunas: es crucial mantener a nuestras mascotas vacunadas dado que estas pueden transmitir una serie de enfermedades que no son autóctonas de la fauna silvestre. Esto puede generar brotes que dependiendo de la gravedad pueden matar a números considerables de fauna.
3. Reporta a las autoridades ambientales de tu ciudad o Estado la presencia de gatos o perros ferales, así como la presencia de especies que se presuman puedan ser exóticas.
conservação da biodiversidade